Reseña Garland
Inés Garland es una escritora, traductora y periodista argentina. Ha publicado novelas y libros de cuentos para adultos, jóvenes y niños y ha participado en diversas antologías.
Si bien escribe desde que tiene diez años, recién publicó su primera novela en 2006. Entre sus obras podemos encontrar novelas, cuentos y producciones infantiles en editoriales como Alfaguara, Santillana, Edelvives y Siruela. Recién después de su libro Piedra, papel o tijera (2009) empezó a vivir de la escritura, dando talleres, y de los libros.
Publica en 2014, a sus 54 años, su libro La arquitectura del océano. Los cuentos que lo conforman están marcados por su estilo literario característico. En ellos predomina su enfoque realista y cotidiano, su profundidad psicológica, el uso de un lenguaje sencillo pero evocador, la exploración de temas universales, una narrativa introspectiva, la ambigüedad y finales abiertos y la incorporación de elementos poéticos.
La escritora declara en una entrevista de la Revista Almagro “Siempre el punto de partida de lo que escribo tiene que ver con algo personal. Después se junta con cosas que quiero decir y con las necesidades que tiene el relato, con esas verdades más verdaderas que hay dentro de la literatura. Siempre digo que, cuando me pongo a escribir, el material me va pidiendo algo que termina siendo más verdadero que la realidad, pero el punto de partida, sobre todo de mis cuentos y de las cosas para adultos, es algo muy personal o muy íntimo que después se transforma en el proceso de la escritura. “
Las protagonistas del mundo de Garland suelen ser mujeres adultas y adolescentes, las cuales en muchas ocasiones ponen sobre la mesa los conflictos entre madres e hijas. Madres protectoras, madres que prefieren no ver: “Este verano mamá está leyendo Los pilares de la tierra. Alguna vez dirá que por eso no se dio cuenta de nada”.
“Un rayo verde” narra las vacaciones familiares de una joven adolescente cuyo nombre nunca se especifica. Se presenta como eje la relación de la protagonista con su madre y padre y los indicios de la relación gestante entre este último y la amiga de la narradora, Ana.
Realiza múltiples analogías con fenómenos naturales a fin de sintetizar los eventos que suceden en esos días en Mendoza aportando un maravilloso destello poético. Las reflexiones sobre la exploración de la sexualidad, los amores de verano y la complejidad de las relaciones familiares desarrolladas en las páginas del cuento dejan al lector envuelto y abatido por la misma ola que a la protagonista.
“Nada que hacer” no escapa de los ya mencionados temas. Se evoca en esta oportunidad a otra perspectiva; la de una madre que emprende vacaciones con su hija y amistades. En este relato un tanto descolocante se deja al lector cada vez más confundido con las relaciones entre personajes que se deja ver a través de sus conversaciones. Deja a este a la expectativa hilando los indicios que se dejan en los diálogos. Realiza un interesante planteo de la relación madre e hija con sus subidas y bajadas. Frases como “las mujeres para separarse de la madre tienen que pelearse” resumen perfectamente el pasaje de la adoración a la bronca y peleas absurdas.
La escritora permite a las personas apropiarse de sus narraciones, donde encontrarán una hermosa forma de catarsis al encontrar las palabras de alguien que se vio golpeada por la vida por los mismos golpes que ellas. “La gran dificultad de escribir cosas muy personales es ésa: que pueda ser para otros, que para otros sea la propia historia. Si no, no sirve”, declara Inés.
Comentarios
Publicar un comentario